Me abro a escucharte. Vuelo a tu alrededor y siento tanta alegría de tu presencia.
Veo tu receptáculo, tu cuerpo. Tan vivo, lleno de tanto amor. Tan asombrosamente perfecto. Vibrando armónico en el transcurso de sus funciones, acompasadas, perfectas, sabias.
Veo cada uno de tus órganos y siento absoluta admiración, gracias por enseñarme cómo la evolución es el fruto de la experiencia. Cómo cada error ha permitido dejar atrás una linea vital menos adaptada. Así, a base de ensayos te has hecho perfecta, armónica, gloriosa.
Veo cómo tus cuerpos emocionales y mentales están llenos, plenos de experiencias, de emociones, de imágenes. Y todas son tan ricas, te han traído tanta abundancia.... Incluso aquellas con apariencia de pobreza... Y tú, gran ser, las has cabalgado todas y yo festejo cada nuevo paso que das y siento una inmensa gratitud hacia ti por vivenciarlas.
Veo cuanto potencial de vida late en tu interior. Veo cómo despiertas y cada día creas algo nuevo. Veo cómo te acercas por tu propio deseo a la mas pura manifestación de tu esencia. Y así vuelves a casa tan llena. Tan viva.
Te has permitido recoger las experiencias de cuantos te rodean. Te has permitido ser canal para sus nuevas potencias y cada uno ha abierto así nuevas vías de expresión que los ensalzan.
Has decidido, escuchando tu propio corazón, usar tu milagro para hacer sentir a cada ser milagroso, amado, bendecido... Y así te acercas al lugar del que partiste... Ya sin prisa.. Cargada de experiencias.
Pero hoy te veo ahí sentada, plena, dichosa, tan llena... Habiendo cultivado tanto amor a tu paso que cada una te tus células hacen de tu cuerpo el templo donde hoy descansas. Y yo te veo y festejo tu presencia en la inmensidad de vidas que pueden surgir de ella
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