viernes, 6 de enero de 2017

Los tres sabios


Os voy a contar una historia

Una historia que sucedió hace mucho, mucho tiempo

El día en que un estallido de luz marcó el inicio de una nueva era

 

Había tres sabios, que vivían en tres palacios

Raras veces se habían visto pero los tres se conocían. Cada noche observaban el cielo, cada noche aprendían de las estrellas y los planetas, y todos sabían de la mirada de los otros observando el inmenso misterio.

 
Una noche una estrella les habló. Les dijo:

- Bajaré a la tierra para encarnarme en un niño humano.

Mi misión es recordaros que estáis hechos de la luz y el amor del universo.

 

-Y como lo harás preguntó el sabio dorado, Melchor

 

Haré que mis palabras, mis acciones y mi mirada estén siempre llenas de luz y amor, cualquiera que lo vea lo reconocerá y recordará que también lo porta en su interior.

 

-Entonces saldremos a tu encuentro dijo Baltasar inundado de confianza

 

-Estamos a tu servicio añadió Gaspar, cuya emoción lo embriagaba

 

La estrella habló:
-Comenzaré mi descenso, si seguís mi estela llegaréis al lugar de mi nacimiento, mis padres ya me esperan. Pero atención, todos tendréis que pasar una prueba.

 

No había tiempo que perder. Los sabios prepararon sus camellos, avisaron a sus pajes, cogieron provisiones y ofrendas y sus mantos mágicos y emprendieron el camino siguiendo la estrella.

 

Caminaban toda la noche y descansaban durante el día.  Repartían sus víveres, meditaban y escuchaban el cielo nocturno.

 

La tercera noche de su camino hubo una tormenta de arena, la marcha se entorpecía, y el cielo se volvió turbio, no podían ver el brillo de la estrella y el viento distorsionaba su percepción.


Gaspar, de cabellos dorados se encontraba en un desierto donde el viento azotaba con fuerza, no podía pensar con claridad, su mente empezó a dudar…

Está seguro de que es por aquí? Preguntaban los pajes

Señor, merece la pena el riesgo del viaje?

Gaspar se sintió confuso, no, claro que no puedo estar seguro, estos hombres confían en mi… qué hago siguiendo a una estrella….


Entonces, recordó la voz de la luz desde el cielo…. Cada uno tendrá que pasar una prueba….

Gaspar respiró, se concentró en su pecho… anuló la sensación turbulenta del viento… calmó su mente y entonces escuchó la voz de su corazón.

La estrella me guía, yo confío en su luz, confío en la luz que también yo soy. Confío en que mis dudas serán resueltas, la luz siempre disuelve la confusión…

Se mantuvo respirando en este estado, Guardó a toda su compañía a cobijo de su manto y esperó hasta que su luz apaciguó la razón y la tormenta amainó. Allí apareció la estrella brillando aún con más fuerza.

 
Melchor atravesaba en ese momento la costa donde el mar embravecido salpicaba con fuerza, empezó a temer, mientras caminaba, el efecto que esa luz tendría en los humanos.

Y si la reconocen pero no pueden verla en ellos mismos, y si se quedan perdidos sintiéndose más pequeños, más frágiles en sus tinieblas, y si temen su brillo y se levantan en contra de ella…. Las dudas le asaltaban y solo veía posibilidad de sufrimiento ante aquella conciencia….

Su paje le recordó, al verlo tan sumido en su preocupación, señor, no dijo la estrella que todos tendrían que pasar su prueba?

 

Melchor, de cabello plateado, siempre se había sentido ligado a la luna, y por lo tanto a los miedos y emociones de los humanos y era muy bueno ayudando a resolverlas… Su corazón bondadoso latió con mas fuerza y llevó toda la atención a su pecho….

Yo confío en el amor musitó… el amor siempre calma cualquier dolor… no hay nada que temer.

El bálsamo de su propio amor lo trajo a la calma, alzó su mirada compasiva  y más allá de la tormenta pudo ver a la estrella brillando con fuerza.

 

Baltasar se hallaba en ese momento subiendo una escarpada montaña, de afilados acantilados…. Subirla por la noche había sido la decisión mas difícil ya que todos los pajes estaban en contra, a medida que la dificultad aumentaba Baltasar comenzó a sentirse atormentado.

Estoy poniendo la vida de estos hombres en peligro siguiendo una corazonada… ni siquiera puedo ver el cielo con claridad… Él, que era un gran protector de los suyos se quedó paralizado preso de sus propias dudas…

Pero entonces, como un relámpago, una imagen cruzó su mente y recordó lo que la estrella había dicho… cada uno de vosotros tendréis que superar una prueba


Baltasar sintió una fuerza renovada ascendiendo por sus pies, proveniente de la montaña…

Yo tengo fe, y esta fe mantiene pura cada una de mis acciones y mis decisiones…libres de confusión, llenas de firmeza…
Empezó a caminar sintiendo como la montaña sostenía y guiaba cada uno de sus pasos y pronto el cielo se aclaró, el viento amainó y el acantilado se hizo ladera apacible

 

A la cuarta noche todos se encontraron confluyendo en el mismo camino.Y el cuarto día acamparon, descansaron y compartieron la cena todos juntos.

Compartieron sus pruebas y todos celebraron cómo la luz, el amor y la fe consiguen siempre vencer cualquier tiniebla… su pecho se inundó pues sabían que aquella estrella conseguiría, al igual que hizo con ellos, cambiar toda la Tierra.

 

Continuaron su trayecto acercándose cada vez más a ella, y en la novena noche, cuando llegaron al final del trayecto observaron cómo la belleza rodeaba toda la escena donde un bebe brillaba con inmensa pureza y ante su portal depositaron sus ofrendas….

 

Aquel día su magia se hizo eterna, conmovidos por la misión de aquella estrella los magos viajan a través del tiempo visitando las casas de los niños de todas las épocas y dejándoles ofrendas, celebrando que todos ellos nacen de la luz y el amor del que están hechas las estrellas, y recordándoles que esa luz se puede ver en sus acciones, en sus palabras y en sus miradas

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