Hay una energía femenina delante de mi, a la altura de mi corona, ya la he visto muchas veces. La primera, durante mi iniciación en primer nivel de Reiki. Es inconfundible porque su cabello negro parece flotar, su cara parece estar inmersa en el agua. Esta vez sus manos están en posición de oración, yo siento gratitud en su expresión. Toma mis manos y coloca algo en la palma de cada una, una placa hexagonal dorada con alguna inscripción que no logro ver. Junta mis manos y me dice: sirves de ayuda.
Veo como mis manos se llenan de flores de cerezo que caen al suelo. Mientras, escucho su conciencia hablándome: todo ser, por diminuto que sea, tiene una misión en la vida. En el reino natural todos los seres están unidos a su plan y lo expresan con una sutil y perfecta armonía, todos ellos conviven en equilibrio. El reino de los humanos, como prueba para elevar su conciencia, tiene que descubrirlo, experimentar la separación de la conciencia, encontrar el camino entre el caos y la verdad de su corazón entre miles de posibilidades.
Cuando un ser humano encuentra su misión, es un día de celebración en el universo. Cuando la pone en marcha, es como la parábola del hijo pródigo, un ser que se había perdido, vuelve a casa.
Escucha tu corazón y calma tu mente para que su luz sea el faro que te guía, tu misión también te está buscando, a veces solo es necesario parar para ser encontrados.
Que tengáis un hermoso y amoroso día
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