Me doy la vuelta y miro hacia arriba. Percibo una luz dorada, brillante... Siento su calidez pero no su calor. La reconozco. Su bálsamo calma mis inquietudes. Escucho cánticos inaudibles... angelicales.
Se que mi ser hoy no volverá a girarse. Hoy no habla. Solo me enseña su posición, orientado hacia lo único que sostiene la vida. Y con eso ya me lo dice todo.
Hay días de portales donde todas las fuerzas están a nuestra disposición, también son días de tentación. Todo vendrá con intensidad. Basta con fijar tu atención.
Hoy mi ser me advierte y me sostiene anclándome con su intento y yo fijo en él mi mente para que no me lleve allí donde ella suele ir... Hoy el plano mental puede tornarse muy confuso pues los portales se abren y todos los seres salen a cazar.
Sin embargo, hay tanta paz en este lugar. Existe una permanencia constante, una afinación que recoge y neutraliza el ruido. Nada me toca cuando mi atención está fijada, cuando mi intento gobierna. Se que hay caos alrededor de mi pero se que si espero aquí, el portal se cerrará y la energía se cansará de buscarme.
Hoy me giro y miro al sol interior. Escucho su silenciosa voz, dejo que su música me acune. Hoy no analizo, investigo ni anhelo porque el caos pertenece al caos y la confusión confunde. Hoy me retiro con mi mirada al espacio neutro donde nada tiene adjetivo ni por lo tanto efecto.
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